El argentino tuvo una gran actuación en la final del K1 1000 metros y empató en la cuarta ubicación con Kravets con un tiempo de 3:28.10.
En el penúltimo día de los Juegos Olímpicos de París 2024, el canotaje argentino vivió un momento destacado con la actuación de Agustín Vernice, quien logró clasificarse a la final del kayak 1000 metros y terminó en un meritorio cuarto lugar. Este resultado marca una notable mejora con respecto a su participación en Tokio 2020, donde también había llegado a la final, pero terminó en la octava posición.
La carrera final tuvo un desenlace particular, ya que Vernice compartió el cuarto puesto con un atleta ruso, que compitió bajo bandera neutral, ambos con un tiempo de 3:28.10. Este tiempo representó una mejora de ocho centésimas respecto a su desempeño en la semifinal, donde había registrado 3:28.18.
El podio estuvo dominado por europeos: el checo Josef Dostal se llevó la medalla de oro con un tiempo de 3:24.66, seguido por los húngaros Adam Varga (3:24.76) y Balint Kopasz (3:25.68), quienes se llevaron la plata y el bronce, respectivamente.
En la semifinal, Vernice, oriundo de Olavarría, había quedado segundo detrás de Varga, quien registró un tiempo de 3:27.92. Ambos fueron los dos más rápidos en el acumulado de las dos semifinales, destacando la alta competencia que enfrentó el argentino.
La revancha de Vernice tras Tokio 2020: “Lo di todo”
Tras su actuación, Vernice expresó su satisfacción con el esfuerzo realizado, especialmente después de quedar octavo en la misma prueba en Tokio 2020. “Lo di todo, lo había dicho, que mi objetivo era poder mirar la competencia con mis amigos y mi familia, que fue lo que no pude hacer en Tokio. Todavía no la pude ver, porque no me quedé contento con mi actuación y ahora estoy contento de que la voy a poder disfrutar”, comentó a TyC Sports.
Vernice también destacó que la final fue particularmente difícil para él: “Fue muy especial porque no me sentí nada bien en la final; la semifinal la dominé de principio a fin, estaba bien físicamente”, reconoció. Luego explicó un desafío recurrente en su carrera: “Hay una realidad, que me viene pasando desde que soy juvenil, que cuando en el calendario de competencia me toca una prueba y a la hora y media, dos horas otra, me cuesta mucho. Es una realidad. Entonces, el desafío era doble y desde la palada uno me di cuenta que no tenía el mismo ‘power’ que en la semifinal, pero traté de adaptarme y dar pelea hasta el final, cosa que no pude hacer en Tokio”.