Israel culpó a Hamas de violar la pausa y, según las autoridades de Gaza, la aviación israelí sobrevuela la Franja y sus vehículos abrieron fuego en el noroeste.
Después de que la violencia haya cesado durante siete días, desde el 24 de noviembre, este viernes terminó el acuerdo entre Israel y el grupo terrorista Hamas para un cese de las hostilidades y el intercambio diario de diez rehenes israelíes por 30 presos palestinos. Los mediadores no lograron que Israel y Hamas acuerden una extensión de la tregua. En las tres primeras horas de bombardeos en Gaza murieron 32 personas, señaló el Ministerio de Sanidad gazatí.
“Un escenario imaginario”: cómo Israel desechó advertencias detalladas sobre el ataque de Hamas
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Israel justificó la reanudación de los ataques por una violación de la pausa por parte de Hamas. “Hamas violó la pausa operacional y además disparó hacia territorio israelí. Las Fuerzas de Defensa de Israel retomaron los combates contra la organización terrorista Hamas en la Franja de Gaza”, dijo el Ejército en un comunicado.
El Ministerio de Interior gazatí aseguró que “la aviación israelí sobrevuela la Franja y sus vehículos abrieron fuego en el noroeste del enclave”. Según medios palestinos, los ataques israelíes abarcan el norte y el sur del enclave palestino, incluyendo áreas residenciales, y ya produjeron nuevos heridos. Además, los milicianos de Hamas se enfrentan a las fuerzas israelíes terrestres en la vía Salah Al Din, que servía para la evacuación de desplazados del norte hacia el sur de la Franja.
El Ejército de Israel publicó un mapa de la Franja en el que divide todo el territorio en diferentes zonas a las que asigna un número y que dice que servirá para facilitar la evacuación de civiles cuando lo ordene. Según circuló en redes sociales, Israel lanzó panfletos en Jan Yunis pidiendo a sus residentes que se desplacen hacia el sur hasta Rafah. “La ciudad de Jan Yunis es una zona de combate peligrosa”, señala el folleto.
Los mediadores, encabezados por Qatar, no lograron que Israel y Hamas acuerden extender la tregua, que se prolongó dos días el pasado lunes y otro día más, el jueves, in extremis. El Ministerio de Exteriores qatarí informó en un comunicado que “las negociaciones entre las dos partes continúan con el objetivo de volver a una pausa” en las hostilidades. “Qatar está comprometido, junto a sus socios mediadores, a continuar con los esfuerzos que llevaron a una pausa humanitaria y no dudará en hacer todo lo que sea necesario para volver a la calma” en Gaza, afirmó en la mañana del viernes. También señaló que “los continuos bombardeos sobre la Franja de Gaza en las primeras horas tras el fin de la pausa complican los esfuerzos de mediación”.
Doha fue quien anunció los términos del primer acuerdo, para el que fueron necesarias semanas de conversaciones y, cada día desde el viernes pasado, informó de cada paso del intercambio de los rehenes israelíes en manos de Hamas por presas y menores palestinos en prisiones de Israel. Desde el 24 hasta el 30 de noviembre, fueron liberados 110 cautivos a cambio de 240 prisioneros palestinos y, según Tel Aviv, todavía hay 137 rehenes en la Franja, incluidos niños. La liberación de los extranjeros secuestrados por Hamas fue obtenida en negociaciones paralelas entre los islamistas y los respectivos países de origen de los rehenes, al margen del acuerdo sellado entre Hamas e Israel.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, que visitó este jueves Israel por cuarta vez desde el estallido del conflicto el 7 de octubre, constató “una evolución muy positiva en la última semana”. “Desde el primer día, nos centramos incansablemente en intentar conseguir la liberación de los rehenes en Gaza”, dijo Blinken, que también buscaba una prolongación de la tregua que posibilitara la entrega de todos los secuestrados.
Estados Unidos presionó a favor de un alto el fuego después de respaldar a Israel en las primeras semanas de su ofensiva sobre la Franja de Gaza, en la que murieron más de 15.000 personas entre el 7 de octubre y la entrada en vigor de la tregua, el 24 de noviembre, según datos del Gobierno gazatí (controlado por Hamas).
Israel había prometido en varias ocasiones que después de la tregua reanudaría su campaña militar en Gaza –donde sus tropas permanecieron desplegadas en el norte– hasta conseguir su principal objetivo: “desmantelar a Hamas”. La Administración Biden pidió más detalles sobre cómo lo hará y también precaución al Ejército israelí en su avance hacia el sur de Gaza, adonde se marcharon cientos de miles de desplazados del resto del enclave.
Según cifras de la ONU, dos tercios de los habitantes del enclave palestino tuvieron que abandonar sus hogares debido a la violencia desde el día 7. En la semana de tregua, algunos regresaron, pero se encontraron con sus casas inhabitables o muy afectadas por los ataques israelíes (que destruyeron o dañaron unas 300.000 viviendas). Durante el cese de los bombardeos, los gazatíes también aprovecharon para buscar a los desparecidos, que probablemente quedaron sepultados cuando sus casas se derrumbaron –las autoridades locales calculan que unas 6.500 personas están bajo los escombros–.
Otro de los aspectos principales del acuerdo entre Israel y Hamas era la entrada de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, a la que pudieron acceder en los pasados días cientos de camiones con ayuda humanitaria, suministros médicos, gasolina y gas para cocinar. Sólo durante la aplicación de la tregua llegaron camiones cisterna desde Egipto, a través del paso fronterizo de Rafah, con combustible y gas para cocinar, ambos fundamentales para los gazatíes. Las organizaciones humanitarias pidieron que el flujo de alimentos, agua, combustible y suministros médicos continúe, y aumente, para paliar el sufrimiento de la población civil.